(LOS COMENTARIOS están tomadas directamente del libro ¡Disfrute de la vida para siempre! Curso interactivo de la Biblia que estamos estudiando en las reuniones de entre semana, deseamos que estas RESPUESTAS les sea de mucha ayuda, pero los queremos animar a que se sigan preparando y así puedan comentar usando sus propias palabras)
LECCIÓN 22
¿Cómo puede predicar usted las buenas noticias?
Veamos cómo puede superar esos nervios y empezar a sentir la satisfacción de hablar con otros de las buenas noticias que da la Biblia.
1. ¿Cómo puede contarles a sus conocidos lo que está aprendiendo?
Busque oportunidades para hablarles con respeto a sus familiares y amigos de lo que está aprendiendo.
2. ¿Por qué vale la pena que se proponga predicar con la congregación?
Esta forma organizada de predicar sirvió para que muchas más personas escucharan las buenas noticias. Además, los discípulos se sintieron muy felices predicando juntos.
PROFUNDICEMOS EN EL TEMA
Veamos qué puede ayudarle a superar los nervios y a sentir la alegría de predicar las buenas noticias.
3. Jehová estará con usted
A algunas personas que quieren predicar les preocupa la reacción de la gente o lo que puedan pensar de ellas.
- Y usted, al pensar en hablar con otros de lo que está aprendiendo, ¿se pone nervioso, o no? ¿Por qué?
Vean el VIDEO y hablen sobre lo siguiente:
VIDEO: Le pedí a Jehová que me diera valor (Transcripción)
Ana: No le decía a nadie que soy testigo de Jehová porque me daba miedo que los muchachos de la escuela se rieran de mí.
Bianca: La presión de grupo en la escuela tal vez sea lo más difícil, porque no solo viene de los compañeros, sino también de los maestros.
Jonathan: Algunos de mis compañeros se hicieron parte de una religión cristiana y esparcieron rumores sobre los testigos de Jehová. Muchos decían que seguíamos a un líder anónimo. Al principio, pensé en defenderme y decir: “Eso no es verdad”. Pero luego me dio miedo.
Ana: Me juntaba con malas compañías; una vez las muchachas me invitaron a ir al parque después de clase. Algo me decía que no debía ir con ellas, pero de todos modos fui. De repente vi que llegaron dos chicos que querían robar nuestras mochilas. Empezaron a discutir con los muchachos de nuestro grupo y comenzaron a pelear. Entonces llegó la policía y, cuando los vi, pensé que me iba a meter en problemas, así que salí corriendo.
Bianca: Una vez, la profesora estaba dejando en ridículo a todas las religiones. Decía: “La Biblia está pasada de moda. ¿Quién sabe si Dios existe? La Biblia ha sido copiada tantas veces, ¿cómo sabe uno que dice la verdad?”. Y recuerdo que pensé: “Tengo que decir algo. Ya lo practiqué ayer. Tengo que decir algo”. Entonces la chica que estaba a mi lado dijo: “Bianca es testigo de Jehová”. La maestra me miró con los ojos bien abiertos y me dijo: “¿Tienes algo que decir?”. Pero yo me quedé paralizada, no sabía qué responder. Justo en ese momento sonó la campana, y sentí un gran alivio.
Jonathan: Me sentí como seguramente se sintió Pedro.
Ana: Me molestaba la conciencia, y sabía que a Jehová no le gustaba que tuviera esos amigos.
Bianca: Tener que hablar de mi religión y defenderla me dio mucho miedo, y me sentí decepcionada conmigo misma.
Ana: Le oré a Jehová y le pedí que me diera valor para defenderlo y decir que soy testigo de Jehová. Recuerdo que una vez un hermano dio un discurso en el que leyó Marcos 8:38, donde dice que no debemos avergonzarnos de seguir a Jesucristo porque, en ese caso, él se avergonzaría de nosotros. Esas palabras me llegaron al corazón, y me di cuenta de que tenía que cambiar cuanto antes.
Jonathan: Después de pensar en el ejemplo de Jesús, le oré a Jehová pidiéndole valor y otra oportunidad para defender su nombre.
Bianca: Creo que lo que más me ayudó fue conversar con mamá. Como ella tiene tanta experiencia, me ayudó a tener valor y no darme por vencida.
Jonathan: Decir que soy testigo de Jehová me ha protegido. Bianca: En la clase de biología estábamos hablando del tema de la sangre, y la profesora dijo que esa gente de JW deja morir a sus niños. Rápido le hice una oración a Jehová, porque sabía que eso no era verdad. Así que me puse de pie y dije: “Nuestro nombre correcto es Testigos de Jehová, y no es verdad que dejamos morir a nuestros niños”. Luego me sentí súper bien.
Jonathan: Pude dar testimonio cuando mis compañeros me hicieron preguntas sobre las cosas en las que creemos y nuestras costumbres. Y les ayudé a entender mejor cómo funciona nuestra organización. Ana: Ahora que tengo el valor de hablar de mis convicciones, me siento mucho mejor.
Bianca: Lo haces por Jehová y por ti. No lo haces para complacerlos a ellos, sino para complacer a Jehová. Cuando siento miedo, oro rápido a Jehová, y él me da el valor para defender mi fe y no rendirme.
Jonathan: Me he ganado el respeto y la admiración de mis compañeros.
Ana: Ya no me da vergüenza decir que soy testigo de Jehová.
Jonathan: Ahora me siento orgulloso de representar a Jehová.
- ¿Cómo superaron sus temores los jóvenes del video?
Lean Isaías 41:10 y hablen sobre lo siguiente:
- ¿Por qué debería orar si le da miedo predicar?
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